Sauron y el Anillo Único
«Un anillo para gobernarlos a todos… Un anillo para encontrarlos… Un anillo para guiarlos a todos, y atarlos en las tinieblas”.
De todos los artefactos que ha producido la Tierra Media, este es el más infame: el Único, el Anillo de Poder.
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También llamado Bane of Isildur por los hombres (especialmente por los hombres de Gondor), simplemente poniéndolo en el dedo hacía invisible a su portador y podía prolongar su vida tanto como lo permitiera el anillo. Pero antes de decir más, es contemos la historia del anillo desde el principio.
Sauron, el Señor Oscuro, forjó este anillo, mucha gente lo sabe. Pero, ¿sabías también que él estuvo en el origen de la creación de todos los Anillos de Poder?
Porque en la época de la Segunda Edad, Sauron vivía entre los elfos Noldor de Eregion, bajo el nombre de Annatar (el Dador), y fingía querer entablar amistad con ellos.
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Su verdadero propósito era ganarse la confianza de estos herreros élficos, en su mayoría hijos de Fëanor, cuya habilidad codiciaba, para inducirlos a forjar anillos de poder para cada gobernante de cada pueblo, a quienes planeaba controlar más tarde.
Celebrimbor, mano de plata
Así fue como Celebrimbor (que significa «mano de plata»), él mismo nieto de Fëanor y líder de los artesanos Noldor de Gwaith-i-Mírdain (la Hermandad de los Orfebres), forjó con su propia mano los anillos de poder, originalmente destinado a los Elfos. Pero mientras tanto, Sauron forjó en Mordor (en el Monte del Destino) su propio anillo de poder, creado para gobernar a todos los demás. Dentro de este anillo, derramó todo lo malo y cruel que había en él, así como toda su malevolencia.
Como apunte, en la próxima serie de Amazon “El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder”, Charles Edwards interpretará a Celebrimbor.
De modo que, cuando nació este anillo, todos los poseedores de los anillos ya existentes sintieron su poder maligno, y se los quitaron para no caer bajo el yugo del Señor Oscuro. Solo tres anillos élficos de poder resistieron a su influencia, y permanecieron ocultos en el mayor secreto.
A partir de entonces, Sauron declaró la guerra a Eregion, y después de apoderarse de los anillos de poder (por la fuerza y el saqueo), redistribuyó siete de ellos entre los Señores Enanos, lo que les dio un deseo cada vez mayor de riqueza. Luego le dio nueve de ellos a los Humanos, quienes lentamente cayeron en la Oscuridad, para acabar convirtiéndose en los Espectros del Anillo conocidos por todos como los Nazgûls.
Isildur y la Batalla de la Última Alianza
Pero cuando la esperanza se desvaneció y Númenor acababa de caer por culpa de Sauron, los Elfos y los Hombres se reunieron para poner fin a la maldad de Sauron, y en la Batalla de la Última Alianza, los Pueblos Libres lucharon contra los ejércitos de Mordor.
Posteriormente, Isildur cortó la mano de Annatar (Sauron) y el mal desapareció de la Tierra Media… por un tiempo.
Isildur conservó el Anillo de Poder en lugar de destruirlo en el Monte del Destino, en donde fue forjado. La Tercera Edad comenzó justo después de la Guerra del Anillo, tal y como conocemos por los relatos de «El Hobbit», y posteriormente de «El Señor de los Anillos».
Ambos relatos narran la aventura de un hobbit: primero la de Bilbo Bolsón con la Compañía de los enanos de Thorin, durante la cual el hobbit «ladrón» se topará con un extraño anillo mágico que le permitirá pasar desapercibido entre sus enemigos; después la de Frodo Bolsón en “El Señor de los Anillos”. Esta segunda leyenda habla de cómo el poder del Único más tarde logró sembrar la duda y el desconcierto en la Comunidad del Anillo, encargada de destruir dicho artefacto maligno que permitió a Sauron perdurar como el Gran Ojo de Barad-dùr.
Estos relatos de “El Señor de los Anillos” explican cómo Frodo Bolsón, Hobbit de la Comarca y heredero del Anillo de Bilbo, enfrentó todos los peligros y las fuerzas del Mal. Para enfrentarse a todo ello contó con Gollum como guía, un hobbit deformado por las malas artes de su “tesoro”, que él mismo había conservado durante siglos.
Estas mismas historias que cuentan las muchas batallas de los pueblos libres para resistir a la voluntad del Uno y su verdadero amo, y permitir que Frodo (y Samsagace Gamegie) arrojen el Anillo de la Oscuridad a las Llamas del volcán de Mordor, consiguiendo así la caída final de Sauron y el final de la Tercera Edad del universo de Tolkien.