Como bien sabréis, desde que se anunció el estreno de Anillos de Poder en Amazon Prime Video, se ha buscado la diferencia. Y es que, uno de los principales objetivos de los showrunners J. D. Payne y Patrick McKay ha sido marcar distancias con la franquicia de películas de Peter Jackson.
Ahora, a tan solo dos días del estreno, reflexionamos sobre esta idea.
¿Se ha conseguido diferenciar de la franquicia?
La serie El Señor de los Anillos: Los Anillos del Poder está a punto de desvelarse al gran público en Amazon Prime Video con dos episodios.
Dado el presupuesto, todos los tráilers parecen apuntar a que se ha conseguido la calidad que se esperaba. No obstante, existe una sensación generalizada entre la comunidad de fans de que sigue siendo interesante remarcar. La nueva serie de Amazon sigue estando muy cerca de El Señor de los Anillos.
La serie, como sabemos, está ambientada en la segunda edad del universo imaginado por Tolkien (muy poco documentado, lo cual permite las libertades que se ha tomado la producción). Los Anillos de Poder cuenta la majestuosa maniobra que permitió a Sauron crear los anillos de poder. Estos artefactos, muy conocidos en la Tierra Media, están vinculados al pozo maldito del anillo único.
Con un breve resumen de la Primera Edad y la guerra contra Morgoth, la historia comienza cuando los Elfos se preparan para abandonar la Tierra Media. Esto después de haber limpiado los reinos de orcos y vigilar durante algunas décadas que no se reagrupasen de nuevo.
Algunas similitudes
Como fan de El Señor de los Anillos, de Tolkien y de la Tierra Media, te resultará imposible no apreciar muchas similitudes entre Los Anillos de Poder y El Señor de los Anillos.
Como ejemplo, el hecho de que hayan desvelado rápidamente a Sauron, o su encarnación, y que esta sea muy parecida a la de El Señor de los Anillos.
Los hobbits, Harfoots como los llaman ahora Amazon, son ciertamente mucho más tribales y nómadas, pero su comportamiento es bastante idéntico al de nuestro entrañables hobbits de la Comarca.
Había trabajo bien hecho
La serie de Los Anillos de Poder, por más independiente que sea de la obra de Peter Jackson, que no ha sido consultado en absoluto por su contenido, claramente no tiene voluntad de alejarse de ella.
Hasta tal punto de repetir errores, como convertir a los enanos en elementos cómicos rudos que no saben cómo comportarse en la mesa.
El apego de la serie a la trilogía es, por tanto, bastante comprensible, y el deseo de cohesión parece normal. Otras veces, en cambio, nos resulta un poco abusivo.
Donde se podrían haber subsanado errores o aportado novedades, se ha caído en la desidia de no haber hecho más con el presupuesto que se puso encima de la mesa.
En cualquier caso, aún con ese aire de déjà vu, Los Anillos de Poder puede resultar más que impresionante.
A priori, los pantallazos de Amazon, las versiones con marca de agua proporcionadas a los periodistas para estos avances, son de tan mala calidad que es difícil elogiar el aspecto visual y los efectos especiales.
Lo que si podemos ver es que filmar en un entorno natural le ha hecho mucho bien a la serie.
A ritmo de Elfos
Sin embargo, parece que la historia avanzará muy lentamente, haciendo malabarismos en varios frentes:
Galadriel (Morfydd Clark) parece manejar mal su trastorno de estrés postraumático.
Elrond (Robert Aramayo) se ve envuelto en las aventuras de Celebrimbor (Charles Edward), quien asegura que causará problemas tan pronto como aparece en la pantalla.
El elfo Arondir (Ismael Cruz Córdova) se enfrenta a un resurgimiento del caos en las Tierras del Sur.
Por último, Nina (Markella Kavenagh) hace realidad su sueño de aventura con la llegada explosiva de un extraño ser caído del cielo.
Hay muchos rumores que giran en torno a la identidad del Hombre Meteorito. Si los dos episodios no dan una respuesta explícita, no podemos decir que la narración sea muy sutil para hacernos entender quién es.
Pase lo que pase, El Señor de los Anillos: Los Anillos del Poder es una serie que no nos perderemos ninguno, y estamos ansiosos por descubrir la precuela de las trilogías. Queda por ver, dada la lentitud de la narración, qué nos mostrará concretamente esta primera temporada.
El presupuesto importa
Ante tanto asombro, recordé las palabras de la productora Lindsey Weber. Llamó al presupuesto de mil millones de dólares «un titular muy pegadizo del que a la gente le gusta hablar». A su vez, prometió que los espectadores verían «que el dinero se apreciará realmente en la pantalla».
Muchos pensamos por aquel entonces que estaba entrando en una especie de comparación odiosa con la producción de El Señor de los Anillos. Parecía decir: “nosotros lo haremos mejor”.
Y eso es verdad, a 200 millones de dólares por temporada, un solo episodio vale 25 millones de dólares. Cada toma nos recuerda esto: «una gran parte del presupuesto de la serie se destinó a la construcción de escenarios y vestuario fuera de lo común», dijo el co-creador Patrick McKay.
Amazon reserva calidad
Destaca la construcción de “una ciudad entera con un muelle y varias manzanas de edificios”. Por lo tanto, lejos de alabar al gigante mundial del comercio electrónico, debemos reconocer que nos prometió mucho y la promesa se cumplió.
Todo ello sin contar con la brillante banda sonora que ofrecen Bear McCreary y Howard Shore, cuya batuta es bien reconocible. Este último también regresa el viernes con una pieza central: los créditos.
Promesas de viajes fantásticos y diseños oscuros. Esta composición incluso logra insuflar algunas notas familiares y queridas a nuestros corazones, que remiten a Rivendel y La Comunidad del Anillo.
Además del aspecto puramente visual, el fan que soy estaba encantado de poder descubrir por fin la famosa edad de oro de los elfos y los enanos mencionada en la trilogía de El señor de los anillos.
Ver Moria palpitante de vida, luminosa y acogedora, lejos del oscuro destino que le reservaron unos milenios después, es desgarrador. Por mucho que uno pueda soñar con sumergirse en la intimidad de las delicadas ciudades élficas, los efectos de la serie pueden dejarnos boquiabiertos.
Personajes centrales
En estas suntuosas decoraciones evolucionan en paralelo cuatro personajes, de los que reconocemos algunos nombres familiares.
Como decíamos más arriba, seguimos a la valiente y vengativa Galadriel que nos ofrece algunas escenas de lucha muy adictivas.
También encontramos al diplomático y entrañable Elrond, mucho antes de convertirse en Señor de Rivendell.
Descubrimos a Nori cuya intrépida curiosidad recuerda a la de Bilbo Bolsón.
Sumergidos en su mundo, redescubrimos la extensión del universo de Tolkien, su riqueza (en la que Amazon se ha tomado gran cantidad de libertades).
Estoy convencido de que las dos horas pasarán como un relámpago, entre deslumbramientos, tensión, encantamiento, escalofríos de placer y a veces de miedo.
La química de la serie estará más que presente.