Aquí te preparamos para todos esos comentarios que escucharás en la nueva serie de Amazon «El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder» y que quizá no entiendas, porque la mitología de Tolkien y de la Tierra Media es amplia.
A lo largo de este y otro artículo que publicaremos más adelante, se explicarán los dioses más importantes del universo de “El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder”.
La mitología de la Tierra Media
Amazon aún no ha desvelado mucha información sobre la nueva serie de “El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder”, pero es más que probable que el Silmarillion tenga mucha influencia en la trama.
Primeras criaturas del pensamiento de Eru (el Primero que fue, que también puede llamarse Illùvatar), los Valar fueron los primeros seres en aparecer en medio del Gran Vacío. Durante largos períodos, estos Dioses (también llamados Ainur) moraron con Illuvatar en sus misteriosas moradas. Y cuando les ofreció temas musicales, los Ainur decidieron cantar por separado en una melodía que evolucionaba en consonancia y armonía, mientras los demás los escuchaban en silencio.
Entonces, un día, Eru sugirió que se reunieran para cantar música juntos, ya que les permitiría descubrir cosas increíbles. Así cantaban con sus melodiosas voces, y poco a poco tejían el tema de Illuvatar, que los mortales llamarán después la Gran Música. Este canto comenzó a elevarse, y sus ecos resonaron en el Vacío celestial, llegando a empujar el Abismo y el Firmamento. Y fue entonces cuando la Tierra de Arda apareció ante sus ojos.
Nacido de su música, este atisbo del Nuevo Mundo conquistó sus corazones y sus mentes, e Illùvatar les permitió observar la evolución de su creación a través del espacio y el tiempo, presenciar el nacimiento de los elementos, la llegada de los Elfos y los Hombres. Y cuando esta visión terminó, todo fue oscuridad.
Preocupados por esta repentina desaparición, los Ainur le preguntaron a su Padre qué sería de su música. Así que Eru se puso de pie y decidió hacer real esta Melodía Creativa e insuflarle Fuego Eterno. Así creó Ea, el mundo. Posteriormente, autorizó a sus «hijos» a descender sobre Arda, siempre que sus poderes se limitaran a las esencias mismas de la Vida (fuego, tierra, agua,…). Algunos optaron por quedarse con Illuvatar, pero la gran mayoría de ellos partió para unirse a la Tierra, para convertirse allí en los Poderes del Mundo, de ahí su nombre de Valar.
Manwë, el Señor de los Aires
Es el primero de todos los Valar, y también es el más poderoso (después de su hermano Melkor). Es Rey de la Tierra de Arda y de todos sus habitantes, y fue nombrado legado de Illuvatar entre los demás Ainur. Desde su casa en el pico más alto del mundo (el Taniquetil), disfruta de los ambientes de los vientos y las aves, de las que es maestro y guía. Con su esposa Varda, observa la Tierra Media y, a veces, reúne a los Valar en festivales en honor a Eru, o cuando la situación lo requiere.
Así, es él quien tomaba las grandes decisiones entre los Dioses, pues todos reconocen su sabiduría y su clarividencia, así como su modestia y su deseo de paz. Lo cual no agradó a su hermano Morgoth, y durante milenios, los dos no dejaron de luchar por el destino de Ea. Sin embargo, esto no le impidió participar en la construcción de las dos Lámparas de los Valar (Primeras luces creadas en el Mundo), ni llevar a los Primogénitos (los Elfos) a las Tierras Inmortales.
Pero cuando al final, la amenaza que Morgoth ejercía sobre Arda se hizo demasiado fuerte y amenazaba a todas las formas de vida, decidió levantar el ejército de los Valar para unirse a los de Men y Eldar que permanecían en el otro «continente», resistiendo. Y fue durante esta Batalla de la Gran Ira que el Rey Negro fue derrocado y que la paz pudo establecerse durante bastante tiempo.
Cuando Sauron, el antiguo lugarteniente de Melkor (Morgoth), reapareció en la Tierra Media para sembrar el desorden y el caos, fue Manwë quien envió a Olorin (o Gandalf para sus amigos) para ayudar y aconsejar a los Pueblos Libres en las eras venideras.
Ulmo, el Señor de las Aguas
Rey de los Océanos, amigo de Manwë y guía de los Hijos de Illuvatar, Ulmo está presente dondequiera que fluya la más mínima gota de agua, salada o dulce, ya sea siguiendo la corriente de las profundidades o la del más pequeño de los arroyos. También es el más solitario de todos los Valar, se mueve constantemente a través de su reino inconmensurable y rara vez se le ve aparecer, a menos que sea para participar en decisiones importantes sobre el destino de Arda.
Pero un Hombre una vez se cruzó en el camino de este Dios: Tuor, hijo de Huor, ¡quién seguramente no se lo esperaba! Porque cuando Ulmo salió de su casa para hablar con él, el joven Humano vio una silueta de unas decenas de metros de altura, ataviada con escamas de cota de malla, un monstruoso tridente del mismo estilo que su gran yelmo negro, seguido de una larga barba blanca. Y para colmo, una ola gigante acompañando a este gigante rodeado de sombras negras y verdes.
Pero como las apariencias engañan, el Señor de las Profundidades siempre ha defendido y amado a los Hombres, así como a los Elfos, y esto contra las repetidas fechorías de Morgoth y todo lo que este engendró. Y esto, incluso cuando los Elfos dieron la espalda a Manwë para ir en busca de los Silmarils, o incluso cuando los Hombres hambrientos de poder, corrompidos por Sauron, atacaron Valinor y Eru abrumó a Númenor.
Por su parte, los mortales siempre amaron y respetaron a Ulmo, y se enamoraron y añoraron el mar abierto cuando Ulmo hizo sonar los grandes cuernos blancos de nácar, los Ulumuri, que suenan más profundos que el Abismo y más inquietantes que el reflujo de las olas en la orilla.
Es de esperar que la nueva serie de Amazon, “El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder”, tendrá momentos en los que la mitología de Tolkien y de la Tierra Media estarán presentes.